Costos de la Reconstrucción
El Gobierno Nacional, con el apoyo técnico de organismos internacionales, estimó el costo de la reconstrucción. Este costo tomó en cuenta el de la restitución mejorada de activos, los flujos que se perdieron y la respuesta inmediata frente a la emergencia e incluyó una estimación del valor de las políticas públicas que se implementarían para la reconstrucción de las zonas afectadas. El costo total de la reconstrucción se estimó en 3 343,8 MMUSD, de los cuales 2 252,3 MMUSD (67%) provendrían del sector público y 1 091,5 MMUSD (33%), del sector privado. El sector más afectado y con el mayor costo fue el social; solo la reconstrucción del subsector vivienda requirió cerca de 653 MMUSD (20% del total de reconstrucción).
Sectores de intervención priorizada
Turismo: en este sector se destacaron los incentivos fiscales establecidos en la Ley de Solidaridad, que dispuse que las nuevas inversiones productivas del sector turístico estén exoneradas del pago de Impuesto a la Renta hasta por 10 años, contados desde el primero en que se generen ingresos atribuibles únicamente a la nueva inversión.
Comercio: la intervención de mayor impacto fue la reubicación de 1 800 comerciantes de la “zona cero” de Tarqui, en Manta. También fueron reactivados los mercados de Portoviejo, Rocafuerte y Jama.
Agricultura, Acuacultura y Pesca: las intervenciones se dirigieron a la recuperación de semillas, reparación de maquinarias y portes al sector camaronero. En pesca, se direccionaron inversiones para la reconstrucción y construcción de facilidades pesqueras para pesca artesanal.
La reconstrucción que se ejecutó, ofreció mejores condiciones que las que existían antes del terremoto: para ello fue vital reconstruir mejor, para reducir y mitigar el riesgo, así como para evitar nuevos escenarios de desastre.
Se fortaleció las capacidades de respuesta y resiliencia en la población afectada y sus medios de vida para afrontar imprevistos de magnitud similar, o superior, al producido el 16 de abril de 2016.
Las políticas diseñadas estuvieron alineadas con la recuperación de las poblaciones afectadas de manera sostenida para dar una respuesta a las verdaderas necesidades de los territorios.
El rol fundamental del Estado fue asegurar el ejercicio de derechos fundamentales de la salud, educación, cultura, hábitat, vivienda y empleo; el acceso a servicios básicos; y una vida libre de violencia.