Nosotros restructuramos todo el sistema de inteligencia que estaba disperso
La creación de la Secretaría Nacional de Inteligencia fue una urgencia nacional creada en 2009 en reemplazo de la caduca Dirección Nacional de Inteligencia que nació de la Ley de Seguridad Nacional de 1979 (de la dictadura militar) y que estaba dirigida por el ex coronel, Mario Pazmiño, quien demostró la incapacidad de ese sistema al omitir información relevante para la seguridad nacional que pudo prevenir el ataque de Angostura, donde se agredió a la soberanía del Ecuador y se involucró a Ecuador en un conflicto con Colombia.
Mario Pazmiño fue un destacado integrante del Destacamento Especial de Inteligencia de la Presidencia de la República de León Febres Cordero, en el período que ocurrieron la mayoría de las violaciones a los derechos humanos en la época moderna del país. Existen evidencias documentales de que participó en procesos de vigilancia y escuchas a mujeres y hombres, únicamente por ser acusados de pertenecer a la organización guerrillera Alfaro Vive Carajo, lo que construyó su camino como jefe nacional de inteligencia a través del uso político de una institución del Estado como herramienta de persecución de los gobiernos de turno.
Sin embargo, esos elementos, ya escandalosos, no fueron lo más grave en el accionar del sistema de inteligencia de la derecha. Lo más preocupante fue conocer, a través de investigaciones internacionales de alto nivel la denuncia del escritor y pensador Jaime Galarza sobre su vinculación con el organismo de inteligencia estadounidense (CIA por sus siglas en inglés) nacido desde su formación militar realizada especialmente en Estados Unidos e Israel en el marco del entrenamiento de los países del norte a los soldados de la región sur para infiltrarse en las entidades de los países y fortalecer las relaciones con sus organismos de crédito, como el Fondo Monetario Internacional.
Tan comprobada fue la participación política de la derecha y los organismos internacionales en las entidades de inteligencia nacionales que el coronel Mario Pazmiño se convirtió en candidato a la Asamblea por el Partido Social Cristiano y se consolidó como su militante. Además, se convirtió en portavoz de la oposición al modelo de inteligencia de la Década Ganada en los medios privados de comunicación y fue sancionado por la justicia debido a divulgación de información secreta que frustró un operativo antinarcóticos de la Policía Nacional en 2008.
La reconstrucción del sistema nacional de inteligencia se realizó con un enfoque integral, planificado y soberano como característica principal de la Revolución Ciudadana que siempre priorizó la institucionalidad sobre los personalismos. En ese sentido se creó por Decreto 1768 del presidente Rafael Correa Delgado y se le dotó de independencia administrativa y financiera en la misma medida que las otras entidades públicas de su rango, con obligación de rendir cuentas, transparentar gastos anuales y proteger los intereses nacionales.
Además, la Asamblea Nacional aprobó en 2009 la Ley de Seguridad Nacional en reemplazo de las normas de la dictadura que seguían vigentes. Sin embargo, desde este escenario posfactual construido por la prensa privada, se intenta posicionar la idea de que durante la Década Ganada se politizó al servicio de inteligencia para “espiar” y hasta “secuestrar” a opositores por lo que, a través del Lawfare lograron sentenciar a Rafael Correa en el “caso Balda”, sin que la INTERPOL considere el pedido de las autoridades ecuatorianas por no encontrar elementos que garanticen la imparcialidad de la sentencia.
Finalmente, en 2018 Lenín Moreno desmanteló el sistema de seguridad nacional, lo que enseguida mostró sus consecuencias, como por ejemplo la incapacidad de Moreno de actuar frente al secuestro y asesinato de un equipo periodístico de El Comercio, dos civiles y cinco militares en la frontera colombo ecuatoriana como producto de la avanzada de fuerzas irregulares del norte al territorio ecuatoriano, debido al debilitamiento de la institucionalidad y la soberanía nacional.