Apenas a un mes de su posesión, en junio de 2017, Lenín Moreno mintió sobre la deuda externa asegurando que durante los 10 años de Revolución Ciudadana la suma de la deuda interna y externa había excedido el 40% del Producto Interno Bruto, límite establecido en el artículo 124 del Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas. El peor gobierno de la historia se apresuró a señalar que la “mesa no estaba servida” y que debía “arreglar los problemas heredados” de nuestra impecable gestión.
“Ahora sabemos que no solo se gastó en demasía, sino que nos endeudaron. Si seguimos por la misma senda hipotecaremos el futuro del país”, estas fueron las palabras con las que Lenín Moreno le dio inicio a la mentira en julio de 2017, falacia apoyada por Guillermo Lasso que felicitó la supuesta frontalidad de Moreno y conminó a la Asamblea Nacional a llamar a juicio político a Rafael Correa para determinar sus supuestas responsabilidades. El cogobierno de Lasso y Moreno trató de convencer a la ciudadanía de que la inversión pública era innecesaria y se justificó la reducción del presupuesto en salud, educación, vivienda y servicios para las familias ecuatorianas.
Primero dijo que la deuda total ascendía a 27.000 millones de dólares, luego, y tras sus primeros 50 días de gobierno la cifra mágicamente ascendió a 41.893 millones de dólares. Esta descarada mentira no solo dio paso a una persecución por parte de la Contraloría de Pablo Celi y la Fiscalía de Diana Salazar, sino que fue el punto de partida para lo que las élites denominaron “descorreización”, que consistió en el despido de miles de padres de familia del servicio público y el reparto de los servicios usando como pretexto la supuesta falta de recursos públicos.
¡Cuánta indolencia!
Los “cálculos” del gobierno de Moreno estaban, como todo en su gobierno, mal realizados y así lo comprobó Rafael Correa a través de sus redes sociales cuando expuso las verdaderas cifras de la deuda reiterando que el máximo alcanzado al finalizar su gestión fue de 27.7% del PIB, 12.3 puntos por debajo del límite y en condiciones de financiamiento adecuadas para el desarrollo económico. Los montos presentados por Moreno se elevaron debido a la inclusión de variables como las deudas dentro del aparato estatal, entre instituciones o GADS, debido a que representan un solo total del global al ser una obligación pendiente y que fueron mostrados por Moreno como un rubro omitido inicialmente. Mentiras tras mentiras.
Las mentiras que se construyeron alrededor de la deuda pública heredada por el gobierno de la Revolución Ciudadana surgieron de los discursos cargados de odio y de traición de Lenín Moreno y fueron amplificados por los medios privados llegando al punto de poner en polémica las relaciones nacionales con China, el gigante asiático, por ser uno de los acreedores de Ecuador, todo esto para justificar el retorno a los préstamos y cartas de condición neoliberales del Fondo Monetario Internacional que volvió al país en 2019 originando la implementación de una serie de medidas antipopulares como la eliminación del subsidio al combustible, el debilitamiento del Estado y la privatización de los bienes públicos que originaron desempleo e incremento de los costos de vida.
“Hace seis años que en Ecuador no vemos una misión del FMI y nos va requetebién. Y si vienen para turistear, bienvenidos, pero si vienen como los nuevos virreyes, por el mismo avión los regresamos” Rafael Correa Delgado